Sunday, October 4, 2015

Reseña: Alegría Rampante "Se nos fue la mano"




Dicen que al que sabe esperar, le llega su recompensa. Tal parece ser éste el caso, pues luego de una larga y anticipada espera se presentó, oficialmente anoche en La Respuesta de Santurce, Se nos fue la mano; disco debut de Alegría Rampante. El mismo, ha sido producto de la campaña de financiamiento colectivo musical más exitoso hasta la fecha en Puerto Rico, apoyada, principalmente, y recompensando el sacrificio de sus protagonistas por seguidores que creen y siguen el proyecto -y la buena música- desde su inicio por encima de todo; como debe ser.
Para los que necesitan aún el mapa, Alegría Rampante es el nuevo proyecto musical de Eduardo Alegría, cantante, compositor y ex-miembro del influyente grupo de rock alternativo nacional Superaquello. Con una visión artística progresiva e innovadora, Su sonido y discurso elocuente, sincero y desafiante se aferra a las propuestas más influyentes y destacadas de la música del rock apropiándose sutilmente a su estilo la elasticidad teatral junto a la capacidad creativa de narrar historias.

Se nos fue la mano, llega como una descarga necesaria para marcar un nuevo capítulo en la escala ascendente de nuestra escena musical independiente. Hace una semana atrás, la banda había realizado su particular listening party -más íntimo y personal- en la Casa Cultura Ruth Hernández en Río Piedras, evento gestionado por el sello responsable, en gran medida, de la distribución del disco, Discos Diáspora; una presentación de alivio y embocadura para beneficio de sus seguidores.

Marcado en el calendario, se encontraba entonces el 3 de octubre, día que presentaría la versión completa del disco en directo junto a, los también nativos, Bairoa y Rebecca Kill. Curiosamente, el evento no estaba repleto en su totalidad dada la dimensión que representaba la cita; anecdóticamente. A beneficio de los presentes se daba el ambiente cómodo para disfrutarlo mejor, escuchar e inclusive bailar al ritmo de las propuestas presentadas.

A eso de las 10:30pm subía a escena Bairoa, proyecto solista de uno de los miembros de la banda Buscabulla, Luis Daniel Valentín, quien estuvo encargado de abrir la presentación con su estilo electropop sensual bailable; o como lo autodefine el artista, baby oiled music [ Escúchalo aquí ]. Su repertorio entonó a la perfección el ambiente, mostrando gran seguridad y dominio escénico, que acaparó la atención de todos envolviéndonos en su vibra musical como quiso de principio a fin; un artista emergente completo al cual estar pendiente.

Poco tiempo después, comenzó su presentación en tarima Rebecca Kill, proyecto de la multinstrumentalista y talentosa Leslie Almeida. La artista, quienes en sus comienzos invadió los locales con presentaciones como solista por su cuenta, esta vez presentó su propuesta musical tipo banda en formato de powertrío, manteniendo el crowdvibe, con lo mejor de su repertorio sencillo a sencillo. Su concepto directo y crudo del post rock-electro pop contrasta de tal manera que siempre converge en algo poderoso. Además, ofrecieron una actuación sólida que nos hizo mover el cuerpo y soltar las tensiones como preámbulo a lo que estaba por venir. [ Escucha aquí ]

Una vez cumplido los actos de apertura, comenzó a resonar los acordes de "Cícero", tema elegido para dar la bienvenida del disco al público. Mientras, Eduardo y compañía sentían como de un cantazo se quitaban de encima las largas horas, de frustración y agonía, que representó ese gran peso de lograr que el disco fuese posible; dejando que se les fuera de la mano toda esa pasión y energía contenida, de forma ordenada, detalladamente escogida y pensada. Entre efusividad, agradecimientos y dedicatorias, la banda deleitó -no precisamente en este orden- los temas "Hotel Puercoespín", "Esquina Periferia", "Un cuarto más pequeño", "Alucinando al máximo" -que trajo consigo una intervención vocal coral  de 6 voces entre los que figuraban Fofé, Lizbeth Román, Katira María- así como también, "Poneletreros", "La iguana en la ventana", "El Recipiente/Tsunami" que incluyó el live performance de Angel Flores y "Hoy marte", entre otros. El set en sí se dio y transcurrió de manera natural y no se hizo ni largo ni corto, sino en su dosis correcta. Además, ofrecieron una muestra de uno de los tracks para su segunda producción, canción que nos dejó un buen feelin' sobre su línea a seguir. Lo demás, lo dejamos para beneficio y recuerdo de los presentes. Digamos que el que no fue, se ha perdido un release memorable bastante bueno, de esos para recordar. Para el consuelo y lujo de los ausentes, les queda Se nos fue la mano, un disco que representa muy bien su título, un excelente disco, de esos sin tiempo, que marcan un antes y después.





Hablemos del disco. Desde el listening party del mismo, ha estado disponible digitalmente el streaming y descarga para aquellos que formaron parte del fundraising del mismo. Dentro del delirio de aceptar que al fin estaba disponible, decidí no escucharlo hasta no presenciar su presentación en directo -algo de lo que no me arrepiento- y así acudir al release sin prejuicios ni expectativas. Una vez finalizado el show, camino a casa, escuché al fin Se nos fue la mano, de la misma manera y con una perspectiva abierta y fresca.

El disco inicia "despidiéndose", para dar rienda suelta a un disco tan grandioso como directo, lleno de historias personales que van de primera a tercera persona entrelazadas con personajes alusivos, que bien han existido, dejado o están por existir, situaciones tan íntimas y cotidianas, como reservadas y públicas. Se nos fue la mano te transporta a una dimensión entre la crudeza del realismo, la aceptación de la desintegración de la marginación social sin separación de género, que plantea de una manera maravillosa el hacernos sentir identificados como individuo, en cada caso, con cada una de las situaciones; dejando claras las convicciones y creencias del autor -parte de esa magia que poseen las composiciones de Eduardo- creando un lenguaje universal, de cuidado y afiliaciones sensoriales. Sus doce temas brindan un mensaje tan claro y directo como profundo y de delicada atención, un mensaje de alerta y conciencia sobrevolando una serie de historias y conflictos de impacto, cargados de emoción, necesidad, emoción física/mental humana, tan franco como la vida misma. Un disco que se ve apoyado en la ambientación sonora de su influencia teatral, con un proceso de elaboración y ejecución técnica magistral que podría rayar en lo perfecto, tanto conceptual como musicalmente. El uso de sus espacios, silencios, intensidad y desarrollo es parte esencial en el desgloce de la narración en este dramático y ambicioso pedazo de arte musical. El tiempo sigue siendo tiempo, la diferencia está en como se emplea. En este caso ha valido la pena cada segundo, inclusive de espera, con expectativa o sin ella, Se nos fue la mano es uno de esos discos a tener y mantenerlo conservado de la misma manera como llega, intocable y en perfecto estado, cuidando su imagen pulcra cuan pieza de colección.